El agua es el producto más ampliamente utilizado en la industria farmacéutica. Como fluido de servicio resulta esencial para el lavado y, por su elevado calor específico, se usa en intercambiadores de calor, tanto para ceder como para tomar calor. Como materia prima interviene en muchísimos productos, siendo a menudo el componente mayoritario. Además, el "agua farmacéutica" constituye una de las escasas materias primas que normalmente se preparan in situ, por purificación del agua potable o agua purificada.

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En cuanto al vapor, en la industria farmacéutica se distinguen dos tipos:

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Vapor industrial:

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Es el vapor producido en calderas, utilizado como servicio y que no va a estar en contacto con el producto o equipos de proceso. No es vapor puro, ya que suele contener diversos aditivos para proteger las calderas y tuberías de precipitaciones, corrosión, etc.

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Vapor farmacéutico:

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Es vapor producido a partir de agua tratada, libre de aditivos volátiles, usada básicamente para procesos de esterilización de productos, material de acondicionamiento o equipos de proceso con los que entra en contacto.

En la industria farmacéutica se denomina Vapor Limpio al vapor que es generado a partir de agua tratada, que está libre de aditivos volátiles, tales como aminas e hidracinas. Cuando el condensado del vapor cumple con los parámetros de la farmacopea para agua de calidad inyectable se denomina Vapor Puro.